Hay quién piensa que la geografía de un país influye decisivamente en el carácter de sus habitantes. Sea como fuere, la amalgama de circunstancias históricas parece ciertamente más determinante. Aun así, en Nicaragua, tierra de lagos y volcanes, se está tentado de asociar el paisaje a ciertas reacciones que a los que vienen de fuera les resultan cambios bruscos, de la tranquilidad que inspira un gran lago a la intensa furia de un volcán en erupción. En la ciudad de León, en tiempos preinsurreccionales, existía un puesto callejero famoso por la calidad de sus tacos, tentempiés de origen mexicano que, dependiendo de su cantidad y su contenido, lo mismo sirven para matar el hambre hasta la hora de una comida más copiosa como para aguantar hasta el día siguiente si no puede llevarse nada más al estómago. El caso es que el puesto era tan famoso en la ciudad que, sobre todo a media mañana o cuando se acababa la tarde, tenía una larga cola que implicaba habitualmente esperar cuanto